A kilometros de allí

Y es entonces cuando llegas y ves que aquello que durante años fue para ti una tortura es ahora algo que no quieres perder. Aquello alejado que no tenia mucho sentido, excepto por su piscina, es ahora uno de los únicos recuerdos que te quedan de aquella infancia que ahora se ve tan lejana. La caseta i putjar i el baixar todos los domingos, todos los veranos era para nosotros una tortura que rompía en mil pedazos aquel infierno tan dulce . Era para él y para mi algo contrario a lo que supone ahora. Por que sabemos que el  merci llegará pronto y si llega nunca más podremos saber lo que suponía aquella ventana. Ahora simplemente acercate y toca la gloria con los dedos, porque aunque estés lejos todos sabemos que tú también verás cerrada una de las etapas de tu vida.
Por todo aquello que tuvo que ser pero que nunca fue. Hoy, mañana, siempre y simplemente un recuerdo que cierra una puerta, y una de las mejores infancias del mundo. A kilometros de allí una de las inquilinas que ocupó  parte de las imágenes que quedaron grabadas en sus paredes.